Si tenemos en cuenta los datos de
población a fecha 1/4/2012, según el I. N. E., España cuenta con algo más de 46 millones de habitantes. De donde podemos calcular que los
24.500 millones de euros que el Estado va a aportar para tapar el agujero de
Bankia, equivalen a una contribución
por habitante de 533 euros, incluyendo tanto a ancianos centenarios, cuya pensión no llega a esa cantidad, como a bebés recién nacidos, como el que nació días pasados en la
cola del paro, lo que supone un promedio de
2.000 euros por familia.
Es fundamental que cada ciudadano sepa y pueda fiscalizar qué hacen los dirigentes de un país con los impuestos que aportan, hoy por hoy no existe un mecanismo sobre el control de decisiones de este tipo. En España tenemos únicamente la opción de que cada contribuyente indique si desea contribuir a la financiación de la Iglesia Católica, pero no tenemos opción de indicar si estamos dispuestos a financiar guerras varias y saqueos del tipo de Bankia, mediante el que los administradores de dichas entidades, se han hecho aún más ricos, por un trabajo del que como resultado aparece una brecha de más de 20.000 millones de euros. ¿Dónde han ido esos 20.000 millones? Una cantidad, que la mayoría no somos capaces ni de imaginar. ¿ Es que no tienen que responder ante nadie?.
En este país, o en este mundo, una pequeña empresa familiar tiene que avalar con su vivienda el negocio en el que cree, y si se equivoca o la suerte no le es favorable acaba perdiendo el negocio, la ilusión que propició su inicio y hasta la vivienda familiar que sirvió de aval, la ruina total, ejemplos muy numerosos se ven día a día en todas las ciudades de España, para estas empresas no hay rescate posible (son demasiado pequeñas y no interesan a nadie).
Sin embargo, a Bankia y a quienes la han llevado hasta donde está, si hay obligación de rescatar por parte de todos los ciudadanos (esto se llama liberalismo). Consecuencia del ímprobo (dicho en sus dos acepciones) trabajo que desarrollaron los que la administraron, tenemos que pagar todos, y los responsables se van de rositas, aún más ricos de lo que antes eran, porque nadie les va a
exigir responsabilidad.
En un país en que están en juego los derechos sociales adquiridos durante décadas, y fruto del esfuerzo de todos, es preciso renunciar a todo lo conseguido, salud, educación, bienestar social, para mantener el estatus de los han llevado a la ruina un negocio lucrativo del que aún con pérdidas, los dirigentes salen con ventaja.
Esto es lo que significa mantener, respaldar y garantizar el "
sistema financiero".
¿A quienes estamos manteniendo, respaldando y garantizando el común de los ciudadanos españoles?
¿Es a esos personajes a quienes estamos dispuestos a encumbrar a toda costa para que mantengan su estatus y aparezcan ante el resto, como seres superiores a los que todo les puede ser perdonado?